Obesidad infantil: factores de riesgo

La obesidad infantil es un problema de gran trascendencia social: un niño que come demasiado será también, con toda probabilidad, un 'adulto obeso', con mayor posibilidad de complicaciones (diabetes, hipertensión, dificultades motrices, respiratorias y psicológicas). dificultades )

Psicológico angustia por la apariencia ya puede aparecer a una edad temprana, con vergüenza y rechazo a la apariencia, además del riesgo de ser víctima de las bromas de los compañeros y 'amigos'.

Este malestar también puede contribuir a la aparición de un trastorno alimentario.

La obesidad infantil tiene una génesis multifactorial, es decir, se origina a partir de un conjunto de causas que interactúan entre sí:

  • nutrición excesiva y deficiente
  • actividad física reducida
  • factores genéticos/familiares.

La obesidad suele estar asociada a factores predisponentes o alteraciones hormonales que afectan el metabolismo; en realidad, los casos de obesidad ligados a alteraciones hormonales como el hipotiroidismo o la disfunción suprarrenal son menos del 3%; mientras que los padres/miembros de la familia juegan un papel clave.

Comer en exceso

La sobrealimentación en los primeros años de vida, además de provocar un aumento del volumen de las células grasas (definida como hipertrofia del adipocito), también provoca un aumento de su número (es decir, hiperplasia del adipocito); de ello se deduce que, en la edad adulta, la predisposición a la obesidad será mayor y perder peso o mantenerlo dentro de unos límites será mucho más difícil porque será posible reducir el tamaño de las células, pero no será posible eliminarlas.

El llenado gástrico es un potente factor de saciedad, por lo tanto, preste atención a los alimentos con alta densidad energética (snacks, snacks, etc…) y prefiera alimentos con baja densidad energética que sean capaces de proporcionar saciedad aportando pocas calorías (verduras, frutas, legumbres). ).

Además, prefiera siempre alimentos frescos que, frente a los alimentos listos para el consumo, tienen la ventaja de contener más nutrientes y menos conservantes y/o aditivos.

Obesidad infantil y sedentarismo

Los juegos al aire libre casi han desaparecido, la educación física en los colegios es muy limitada y en casa los juegos se practican casi en su totalidad en el ordenador o videojuegos, eliminando aquella actividad física (correr, trepar, rodar) que permite un correcto desarrollo del cuerpo con una correcta distribución de la masa grasa y la masa muscular, además de ayudar a quemar calorías.

Una actividad aeróbica ligera ya puede ayudar, como un paseo en bicicleta por el parque, en el que el niño se divierte y se mantiene saludable.

El ejemplo de los padres

No podemos hablar de educación nutricional si los padres no empiezan primero a seguir una dieta equilibrada; Es difícil imaginar que un niño sea la única persona en la familia que coma una guarnición de ensalada cuando todos los demás prefieren una guarnición de alimentos fritos o procesados.

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