Enfermedad de Crohn: qué es y cómo tratarla

La enfermedad de Crohn es una enfermedad inflamatoria intestinal y puede afectar todo el tracto gastrointestinal.

Dependiendo de la localización, los síntomas que se pueden presentar son diferentes y, para quien lo padece, puede convertirse en una condición altamente incapacitante.

Sin embargo, gracias a la investigación, las terapias disponibles hoy para interferir con los procesos inflamatorios y autoinmunes en la enfermedad de Crohn son cada vez más específicas y efectivas.

¿Qué es la enfermedad de Crohn?

La enfermedad de Crohn, junto con la rectocolitis ulcerosa, son las dos formas principales de enfermedad inflamatoria intestinal (EII), caracterizado por una activación inmune crónica o recurrente en el tracto gastrointestinal.

La respuesta inmunitaria continua, que se desencadena contra el intestino, provoca a su vez una inflamación grave.

Aunque puede afectar a todo el tracto gastrointestinal, en la mayoría de los casos la enfermedad de Crohn afecta la última parte del intestino delgado y el colon y se caracteriza principalmente por úlceras resultantes de la inflamación.

Si no se tratan adecuadamente, pueden derivar en complicaciones como estenosis (estrechamiento de los intestinos) o incluso fístulas (perforaciones), que en algunos casos requieren cirugía.

Causas y síntomas de la enfermedad de Crohn

Lamentablemente, hasta la fecha, las causas de la enfermedad de Crohn aún no se conocen, y los investigadores están trabajando para comprender los principales factores que hacen que las células del sistema inmunitario "ataquen" el intestino y provoquen la inflamación crónica resultante.

Los síntomas pueden ser muy diferentes y varían según el tracto gastrointestinal afectado.

Los síntomas más frecuentes de la enfermedad de Crohn son:

  • dolor abdominal
  • diarrea crónica (es decir, que persiste durante más de 4 semanas); y
  • fiebre;
  • pérdida de peso.

En los casos más graves, la inflamación puede dar lugar a úlceras en la pared del intestino, provocando el desarrollo de complicaciones graves, como fístulas, abscesos o estenosis.

Sin embargo, con las terapias disponibles en la actualidad y los controles regulares, los pacientes pueden controlar con seguridad la progresión de la enfermedad en la mayoría de los casos.

Diagnóstico precoz y prevención de complicaciones.

La enfermedad de Crohn a menudo se confunde con el síndrome del intestino irritable, lo que provoca retrasos en el diagnóstico y complicaciones.

Aunque lamentablemente no es posible prevenir la aparición de la enfermedad de Crohn, es importante intervenir de manera temprana a través de un diagnóstico correcto y prevenir cualquier complicación a través de un control cuidadoso.

Mantener bajo control el desarrollo de la enfermedad ayuda a los pacientes a llevar una vida más regular.

El diagnóstico precoz de la enfermedad de Crohn y la prevención de complicaciones se logra principalmente a través de:

  • análisis de sangre
  • análisis de las heces;
  • exámenes no invasivos del abdomen (ecografía de asas intestinales, tomografía computarizada, resonancia magnética abdominal) en caso de diarrea crónica, dolor abdominal, pérdida de peso, etc. Estos exámenes sirven para evaluar la pared intestinal, descartar o diagnosticar posibles complicaciones.

Además, existen exámenes invasivos, como la gastroscopia o la colonoscopia, que permiten a los médicos evaluar en vivo el estado de la mucosa intestinal e investigar, a nivel microscópico, si hay cambios estructurales en el tejido.

Las biopsias tomadas a intervalos regulares pueden ayudar a prevenir las neoplasias intestinales.

Enfermedad de Crohn: tratamientos

El objetivo común de los tratamientos actualmente disponibles para la enfermedad de Crohn es "apagar" la inflamación intestinal para inducir una remisión de los síntomas y mantener la condición a largo plazo.

En el caso de complicaciones graves e irreversibles, la cirugía sigue siendo un enfoque clave.

Entre las clases de fármacos más utilizadas se encuentran los inmunosupresores, como la azatioprina, la 6-mercaptopurina y el metotrexato, para reducir la actividad del sistema inmunitario.

Gracias a la investigación de los últimos años, disponemos de terapias de última generación que son capaces de interferir, de forma cada vez más específica, en los procesos inflamatorios y autoinmunes característicos de la enfermedad de Crohn.

Un ejemplo son los anticuerpos monoclonales como ustekinumab.

La mejor manera de establecer la terapia

Además de la elección del fármaco más adecuado, es importante definir la posología de la terapia.

Para algunas enfermedades, como la artritis reumatoide, la diabetes y la hipertensión, se utilizan estrategias de tratamiento según el objetivo, que 'ajustan' la terapia y aumentan la dosis en función de indicadores y seguimiento específicos.

Otros confían en la evaluación clínica de los pacientes y, por lo tanto, solo en sus síntomas.

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Fuente:

GSD

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