Hipersomnia postraumática: causas, síntomas, diagnóstico, terapia.

En medicina, la hipersomnia se refiere a un grupo de varios trastornos neurológicos del sueño caracterizados por una somnolencia diurna excesiva, lo que hace que los hipersomniacos no puedan mantener un nivel adecuado de alerta a lo largo del día y experimenten situaciones de sueño repentinas e incontrolables que les obligan a quedarse dormidos a las horas. momentos inusuales, por ejemplo, durante una conversación, una comida, mientras trabaja o incluso mientras conduce

El hipersomniaco generalmente se duerme con mucha facilidad y se despierta con gran dificultad.

Según el tipo de hipersomnia, las siestas diurnas pueden ser más largas o más cortas y más o menos reparadoras: por ejemplo, en la narcolepsia, las siestas diurnas tienden a ser cortas (unos pocos minutos) y reparadoras, mientras que en la hipersomnia idiopática son por el contrario más largas (incluso horas) y no reparador.

hipersomnia secundaria

Las hipersomnias secundarias se refieren a un tipo específico de síndromes de hipersomnia para cuya etiopatogenia se ha identificado una causa orgánica, tóxica o psíquica, frente a las hipersomnias primarias en las que la etiopatogenia no se conoce o aún no parece del todo clara, como en el caso de hipersomnia idiopática o hipersomnia primaria recurrente (síndrome de Kleine-Levin).

Las hipersomnias secundarias más comunes incluyen aquellas relacionadas con psiquiátrico hipersomnia postraumática y síndrome de apnea obstructiva del sueño.

Hipersomnia postraumática (somnolencia secundaria)

La hipersomnia postraumática, o somnolencia secundaria, es un trastorno caracterizado por somnolencia excesiva que puede ocurrir después de un evento traumático que involucre al sistema nervioso central.

Síntomas y signos de hipersomnia

En pacientes que han sufrido un traumatismo craneoencefálico, la hipersomnia puede desarrollarse con frecuencia en el período inmediatamente posterior al propio traumatismo, asociada a cefalea, fatigabilidad, alteraciones de la memoria (encefalopatía postraumática).

Los pacientes presentan numerosos episodios de sueño diurno, caracterizados por sueño NREM.

Datos recientes, sin embargo, parecen indicar que en el período de hospitalización inmediatamente posterior al traumatismo, los pacientes se quejan con mayor frecuencia de trastornos del inicio y mantenimiento del sueño, es decir, insomnio.

En los meses siguientes, por el contrario, la somnolencia se convierte en la condición predominante.

Los pacientes que se quejan de alteraciones del sueño tras el traumatismo, y especialmente de hipersomnia, son los más gravemente afectados por el traumatismo craneoencefálico a nivel conductual, social y, en particular, laboral: estos sujetos desarrollan ansiedad, depresión, a menudo son apáticos y tienen dificultad para comunicarse y reintegrarse al mundo del trabajo.

En la mayoría de los casos, los síntomas tienden a resolverse espontáneamente en los meses posteriores al evento traumático; más raramente aparece una somnolencia excesiva, con un curso progresivo, 12-18 meses después.

Imagen polisomnográfica

Los datos polisomnográficos de estos pacientes son escasos y poco específicos.

El tiempo de sueño nocturno suele estar ligeramente aumentado y el MSL T muestra una tendencia anormal a conciliar el sueño durante el día, con valores de latencia del sueño inferiores a 10 minutos.

Sin embargo, no se evidencian fases de sueño REM poco después del inicio del sueño (SOREMP, típico de la narcolepsia).

En algunos casos no es objetivamente documentable ninguna alteración en el patrón del sueño: es posible que estos pacientes presenten episodios diurnos de microsueño o que la hipersomnia referida sea expresión de un trastorno de origen psiquiátrico o de una neurosis de compensación.

Exámenes de laboratorio

Las investigaciones neurorradiológicas (TC, RM) permiten detectar lesiones focales del parénquima cerebral.

En ocasiones, los ataques de sueño deben ubicarse en el diagnóstico diferencial con la epilepsia postraumática; la electroencefalografía puede ser de ayuda en estas circunstancias.

Evolución

En algunos casos, la hipersomnia surge poco después del trauma y se resuelve espontáneamente en unas pocas semanas o meses.

Puede ocurrir que la hipersomnia persista durante mucho tiempo y empeore con el paso del tiempo.

Esto ocurre durante lesiones graves en la cabeza asociadas con déficits neurológicos o un estado prolongado de coma postraumático.

Hipersomnia, causas y factores de riesgo

La hipersomnia postraumática está provocada por traumatismos craneoencefálicos de diversa índole, como accidentes de tráfico, caídas o lesiones deportivas.

La hiperosnia parece estar relacionada con el sitio, más que con el mecanismo, de la lesión en la cabeza. Los sitios de lesión más frecuentemente asociados con este trastorno son:

  • hipotálamo posterior;
  • región pineal;
  • fosa craneal posterior.

Las lesiones hipotalámicas pueden estar asociadas a trastornos de la conducta alimentaria y sexual (bulimia, hipersexualidad), dando lugar al síndrome de Kleine-Levin postraumático.

Estos casos, como todos los asociados con sitios específicos de lesión cerebral, tienen un pronóstico menos bueno.

Los pocos casos en los que se han realizado hallazgos neuropatológicos no han permitido establecer relaciones anatomoclínicas definitivas entre la somnolencia y el daño cerebral.

Con frecuencia, los pacientes somnolientos presentan lesiones difusas en tronco, corteza cerebral y diencéfalo.

Cabe señalar que algunos pacientes, en particular aquellos que han sufrido un traumatismo por "latigazo cervical", pueden presentar somnolencia diurna debido a la aparición de trastornos respiratorios relacionados con el sueño.

En estos casos, sin embargo, el pronóstico es favorable.

Diagnóstico diferencial

En pacientes con antecedentes positivos de traumatismo craneoencefálico, se deben considerar y descartar otras posibles causas de hipersomnia diurna antes de realizar el diagnóstico de hipersomnia postraumática: hidrocefalia, luxaciones atlanto-occipital, hematomas o higromas subdurales, quistes aracnoideos y hemorragia postraumática. -crisis epilépticas traumáticas, que pueden simular un ataque de sueño.

También se debe considerar la posibilidad de aparición de meningitis crónica.

Estas condiciones clínicas deben incluirse en el diagnóstico diferencial, especialmente cuando el trastorno del sueño tiene un curso de empeoramiento progresivo.

La narcolepsia se puede distinguir fácilmente de la hipersomnia postraumática por la presencia de episodios de sueño REM.

Terapia no farmacológica

No es posible ningún otro tratamiento que no sea el tratamiento farmacológico sintomático; sin embargo, observar una buena higiene del sueño puede ser útil.

Terapia farmacológica

Se utilizan fármacos psicoestimulantes (metilfenidato y pemolina).

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