Lipomas, una visión general

Los lipomas son una forma de tumor benigno que afecta al tejido adiposo y es muy frecuente. Es causado por un crecimiento excesivo de células lipídicas rodeadas por cápsulas fibrosas.

El lipoma puede afectar cualquier parte del cuerpo y ocurre con mayor frecuencia en hombres

Tiene una mayor incidencia en personas mayores de cincuenta años y, según algunos estudios, alrededor del 1% de la población se ha visto afectada al menos una vez por una forma de lipoma.

Lipomas: ¿qué son?

Los lipomas son tumores benignos muy frecuentes y adoptan la forma de relieves subcutáneos claramente visibles y palpables.

Son acumulaciones de células grasas rodeadas por una cápsula de tejido fibroso.

Parecen suaves al tacto y se mueven cuando se someten a presión.

No son dolorosos y pueden permanecer donde se forman durante varios años sin causar ninguna molestia.

Los lipomas pueden aparecer en todo el cuerpo, pero se forman con mayor frecuencia en el hombro, cuello, abdomen, brazos, espalda y muslos.

Suelen afectar al tejido adiposo subcutáneo, pero también pueden formarse en determinados órganos como los intestinos o los riñones.

Normalmente, los lipomas alcanzan un tamaño máximo de 15 centímetros, pero en casos excepcionales pueden seguir creciendo, alcanzando un peso de hasta 5 kilos.

Lipomas: tipos y clases

Hay diferentes tipos de lipomas.

El 'más simple' es la grasa blanca, luego está el lipoma glandular, un tumor benigno que afecta el cuello y las axilas, involucrando la grasa parda.

El angiolipoma se forma en el tejido adiposo y los vasos sanguíneos, mientras que el angioleiomiolipoma es un tumor subcutáneo formado por células de músculo liso, lípidos y tejido conectivo y vasos sanguíneos.

El término mielolipoma se refiere a una formación que consta de tejido adiposo y hematopoyético, mientras que el lipoma racemoso no está "encapsulado", es decir, rodeado por una cápsula.

Con el tiempo, los expertos han hecho otras distinciones relacionadas con el lugar del cuerpo donde se desarrollan los lipomas.

La forma más común aquí es el lipoma subcutáneo superficial, que se crea justo debajo de la superficie de la epidermis.

Se origina en cualquier zona del cuerpo con presencia de grasa, con mayor incidencia en tronco, brazos y muslos.

Luego encontramos el lipoma palmar, que afecta a la mano, y el lipoma intestinal, que puede provocar sangrado.

Cuando la formación se encuentra cerca del corazón, hablamos de lipoma cardíaco.

Esta condición, aunque es un tumor benigno, puede ser muy peligrosa.

Si el tamaño aumenta, existe el riesgo de que la formación impida el funcionamiento de las válvulas cardíacas.

Los lipomas meníngeos son igualmente peligrosos.

Ubicados en las vainas meníngeas, pueden causar daño neuronal severo.

Los médicos también han identificado lipomas sacros, ubicados en el área sacra, y lipomas intramurales, que afectan el colon.

Causas

Hasta la fecha, las causas que conducen a la formación de lipomas aún no están del todo claras.

Según algunos estudios, existe una predisposición genética; para otros investigadores, el lipoma se origina a partir de un trauma mayor.

Otras teorías relacionan esta patología con una alteración en los genes de la obesidad.

Actualmente se están realizando muchas investigaciones para aclarar la etiología de los lipomas.

En cualquier caso, existen determinados factores de riesgo que, según las estadísticas y la experiencia de los médicos, predisponen más a la aparición de lipomas.

Estos tumores benignos son más comunes entre los hombres de entre 40 y 60 años.

Son muy raros en niños y adolescentes.

Los más afectados tienen antecedentes familiares de la enfermedad, padecen obesidad, diabetes o hipercolesterolemia.

La mayoría de las veces, los lipomas son claramente visibles a simple vista.

Se presentan como relieves subcutáneos móviles al tacto y de consistencia blanda.

Por lo general, no causan síntomas evidentes, a veces pueden permanecer invisibles y sin cambios durante años.

Causan preocupación según la zona en la que se forman y su tamaño.

De hecho, en algunos casos, como en el caso de los lipomas meníngeos o cardíacos, pueden poner en riesgo la salud del paciente.

Los lipomas no son dolorosos.

Este síntoma específico se puede sentir cuando la formación crece, comprimiendo las terminaciones nerviosas.

En casos raros, el lipoma puede volverse doloroso si se convierte en un tumor maligno.

Sin embargo, como se mencionó, esto es una ocurrencia poco frecuente.

Posibles complicaciones

Los lipomas son tumores benignos, pero en casos muy raros pueden sufrir una mutación, volviéndose malignos.

En este caso hablamos de un liposarcoma.

Pueden afectar a cualquier parte del cuerpo y deben ser detectadas con prontitud para actuar con prontitud.

Aunque esta sea una posibilidad remota, siempre es mejor estar atento a los lipomas para evaluar su evolución y, si es necesario, consultar a un especialista.

De hecho, los cambios o alteraciones en las características podrían constituir una señal de alarma importante que no debe subestimarse.

Hay ciertos elementos que deben tenerse en cuenta y que deben impulsar al paciente a buscar atención médica de inmediato.

El lipoma debe revisarse de inmediato si se vuelve una masa dura o causa dolor, si aumenta de volumen rápidamente, si sufre cambios de cualquier tipo o vuelve a crecer incluso después de haber sido extirpado.

El lipoma se puede diagnosticar después de un simple examen médico

El médico realizará un examen visual y, después de evaluar los síntomas del paciente, puede prescribir más pruebas.

Para determinar la naturaleza de la formación subcutánea, a veces se puede requerir una biopsia o análisis instrumentales como CT o MRI.

Lipomas: tratamiento

Los lipomas no suelen presentar síntomas, por lo que deben ser controlados sin ningún tratamiento específico.

En la mayoría de los casos, estas formaciones tumorales benignas retroceden por sí solas.

La extracción se realiza cuando crean un problema estético o deterioran la calidad de vida del paciente.

Si el tamaño del lipoma aumenta, puede inflamarse, doler y dificultar el movimiento.

En estos casos, el médico aconsejará al paciente sobre la mejor forma de solucionar el problema.

La solución más común es la extirpación quirúrgica, que se realiza bajo anestesia local.

En el caso de lipomas localizados en tejido profundo o de gran diámetro, puede ser necesaria la anestesia general.

El cirujano realiza una incisión en la zona, extrayendo el lipoma encapsulado.

Luego, el área se cierra con puntos y, a menudo, puede quedar una cicatriz claramente visible.

Otro método para eliminar los lipomas es la liposucción, en la que se elimina la formación mediante un dispositivo de succión.

También se prescribe la infiltración de corticosteroides en la lesión para reducir el tamaño.

Después de la eliminación, especialmente si la cápsula permanece en su lugar, los lipomas pueden reformarse en algunos casos; en tales casos, por lo general se requiere la escisión total.

Lipomas: ¿cómo prevenirlos?

Las causas de los lipomas siguen siendo un misterio para la ciencia médica, que hasta la fecha aún no ha logrado comprender qué se esconde detrás de estas formaciones.

Sin embargo, esto no excluye el hecho de que existen ciertos factores que pueden favorecer su aparición.

De hecho, un estilo de vida saludable tiene una influencia clave en la salud y en la aparición no solo de tumores, sino de todas las enfermedades.

Seguir algunas reglas puede ayudar a los pacientes a prevenir la aparición de lipomas.

En primer lugar, es fundamental no fumar y seguir una dieta saludable, consumiendo fibra, frutas y verduras, pero también limitando la ingesta de grasas animales y alcohol.

lipomatosis

La lipomatosis es una condición caracterizada por la aparición de lipomas múltiples o únicos en las áreas grasas del cuerpo.

También llamada lipodistrofia, esta enfermedad tiene un curso que puede alterar la apariencia física de quien la padece, cambiando la imagen corporal del paciente.

Se trata de un problema de carácter puramente estético, pero que en algunos casos puede acarrear graves consecuencias.

La lipomatosis conduce a la formación de un número descontrolado de lipomas que se diseminan a diversas áreas del cuerpo.

Los lipomas tienen una consistencia blanda, se forman a partir de tejido adiposo y son móviles al tacto.

Aunque los tumores benignos son asintomáticos, deben mantenerse bajo control.

Pueden causar problemas más serios al infiltrarse en varios tejidos y también afectar áreas más profundas cercanas a los órganos.

Lo que hace peligrosa a la lipomatosis es precisamente su imprevisibilidad y la imposibilidad de circunscribir con precisión el fenómeno.

Existen varios tipos de lipomatosis: simétrica múltiple (tipo I o tipo II), pélvica, epidural, dolorosa, abdominal, de Krabbe, mesosomática de Roch-Leri, asimétrica, del hilio anal y perianal o del páncreas.

Además, los trastornos congénitos mitocondriales confieren una predisposición al desarrollo de lipomas de cabeza.

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