Tics en medicina: significado, tipos, causas, diagnóstico, tratamiento

El término 'tics' (también llamado 'movimientos similares a tics') en medicina se refiere a todos aquellos movimientos estereotipados, sin propósito e involuntarios o solo parcialmente voluntarios que caen dentro del gran grupo de trastornos del movimiento o 'discinesias'

Ejemplos de tics generalizados son parpadear (cerrar un ojo), carraspear, gruñir y olfatear

Los movimientos repetitivos, como las compulsiones causadas por el trastorno obsesivo-compulsivo, pueden parecer tics, pero no lo son.

Los tics están relativamente extendidos entre la población sana; mucho más raro, sin embargo, es el síndrome de Tourette, en el que se encuentran juntos múltiples tics, que pertenecen a las diversas categorías que se describen a continuación.

Los tics pueden afectar a personas de cualquier género y edad, incluso a niños y adolescentes.

Algunos tics pueden persistir de por vida, a pesar del tratamiento.

Los tics pueden aparecer a cualquier edad, aunque mayoritariamente se dan en la infancia, especialmente entre los 5 y los 9-10 años.

Los tics pueden ser de varios tipos.

  • motor: los más comunes, son movimientos rápidos de carácter brusco y breve;
  • vocal: se caracteriza por la emisión de sonidos no deseados. Incluyen gruñidos, palabras pronunciadas sin intención, etc.);
  • conductuales: como ecolalia y coprolalia;
  • faciales: como guiños y muecas faciales;
  • distónico: una sucesión de movimientos coordinados con un propósito inexistente pero supuesto, por ejemplo, saltar;
  • psíquico: un tic desencadenado por estimulación externa de varios tipos, por ejemplo, estimulación auditiva o lumínica, que a menudo se encuentra en personas con síndrome de Tourette.

Con respecto a la afectación de uno o más grupos musculares, los tics pueden ser simples y complejos

  • Tics motores simples: consisten en movimientos breves, únicos y estereotipados de la cara, los hombros y las extremidades, como parpadear, torcer el cuello, encogiéndose de hombros, haciendo una mueca con la cara;
  • Tics motores complejos: consisten en secuencias que incluyen varios movimientos, como golpearse, morderse las uñas (onicofagia) o arrancarse el pelo (tricotilomanía).

Los tics que emiten sonidos, como se mencionó anteriormente, se denominan tics vocales, que se pueden distinguir en

  • tics vocales simples: carraspear, toser, olfatear, silbar;
  • Tics vocales complejos: repetir palabras o sonidos (ecolalia), pronunciar palabras socialmente inapropiadas u obscenas (coprolalia).

Con respecto a la duración, los tics pueden ser transitorios y crónicos:

  • tics transitorios: tienen una duración de menos de un año, ocurren en varios niños con un pico de edad entre los 5 y los 9 años; las partes del cuerpo más afectadas son los ojos, la cara, el cuello, los hombros y los brazos.
  • tics crónicos: duran más de un año y pueden ir acompañados de nuevos tics. La edad de aparición es entre los 5 y los 9 años, con un pico de incidencia alrededor de los 7 años; los hombres se ven afectados tres veces más frecuentemente que las mujeres.

Características de los tics

Los tics suelen ser movimientos muy rápidos, repentinos y repetidos que son estereotipados, no rítmicos, involuntarios e incontrolables o sólo parcialmente controlables por el paciente.

Los movimientos tipo tic no tienen un propósito aparente, es decir, se realizan sin ningún motivo ni objetivo.

Los tics desaparecen durante el sueño y en ocasiones disminuyen considerablemente hasta casi desaparecer cuando el sujeto está muy relajado, ocupado en una tarea o distraído por algo.

Los 'movimientos tipo tic' aumentan cuando el sujeto está más nervioso, ansioso, preocupado o cuando se encuentra en un estado de inactividad: por ejemplo, cuando está frente al televisor.

Los tics motores simples incluyen parpadeo, torcer el cuello, encogerse de hombros, hacer muecas en la cara, toser, mientras que los tics vocales simples incluyen rasparse la garganta, gruñir, 'olfatear' y ladrar.

Tienen las siguientes caracteristicas

  • son involuntarios, a veces sujetos a supresión voluntaria (aunque con gran esfuerzo);
  • son estereotipadas y repetitivas, con frecuencia fluctuante;
  • están presentes en algunas circunstancias pero no en otras (por ejemplo, en casa y no en la escuela);
  • están ausentes cuando el sujeto está concentrado;
  • afectan predominantemente la cara y el cuello
  • son más frecuentes en hombres que en mujeres
  • duran desde unas pocas semanas hasta menos de un año, por lo que se consideran transitorios;
  • afectan principalmente a los niños.

Los tics motores complejos se refieren a movimientos como imitar, saltar, tocar, pisotear, oler un objeto; Los tics vocales complejos se refieren a la repetición de palabras y frases fuera de contexto, en los casos más graves la coprolalia, es decir, el uso de palabras obscenas, y la ecolalia (repetición de sonidos, palabras o frases escuchadas en último lugar).

Los tics complejos tienen las siguientes peculiaridades

  • son secuencias motoras complejas que asumen el significado de gestos e involucran hasta tres grupos musculares simultáneamente;
  • secuencias vocales que consisten en la emisión de sonidos elementales;
  • tienen tendencia a cronificarse y afectan tanto a niños como a adultos.

Consecuencias

Evidentemente, un tic en sí mismo no es peligroso ni pone en peligro la vida, pero puede provocar de forma crónica un debilitamiento de los músculos u otras estructuras anatómicas y causar una disminución abrupta de la calidad de vida del paciente, lo que también puede interferir con las actividades laborales y deportivas.

Piense, por ejemplo, en las personas que 'trabajan con su imagen': un tic parpadeante repetido ciertamente no es útil y puede ser un gran problema.

La calidad de vida del paciente también puede disminuir debido a problemas emocionales: dado que los tics son como una caricatura de los movimientos voluntarios, a menudo despiertan hilaridad en quienes los presencian, especialmente en la edad escolar: esto avergüenza y humilla seriamente a quien los padece, especialmente si él o ella ella es una niña.

El movimiento continuo tipo tic puede estimular a los padres, familiares y gamicos a regañar al enfermo, invitándolo a evitar este tipo de movimiento.

Las reprimendas e invitaciones que necesariamente caen en saco roto ya que la ejecución de los tics es involuntaria y ser reprendido por causas ajenas a uno puede generar ansiedad en el niño, lo que puede aumentar los tics y desencadenar un acoso real del niño por parte de los compañeros de escuela.

Si el niño (o el adulto) trata de oponerse a esta necesidad, suele sentir un malestar creciente que no disminuye en nada mientras da rienda suelta al movimiento tic reprimido: en este sentido, los tics pueden ser definido como parcialmente voluntario, aunque incoercible.

Cuando el sujeto da rienda suelta a su tic, tiene un alivio que, sin embargo, es de duración limitada porque el malestar reaparece si se reprime el siguiente tic.

Tics, causas y factores de riesgo

Las causas precisas detrás de los tics aún no se conocen por completo.

Las causas biológicas subyacentes podrían ser una implicación de los ganglios basales y el sistema dopaminérgico.

Los posibles factores de riesgo son los antecedentes familiares, la ingesta de bebidas energizantes como el café, el tabaquismo y las causas psicológicas.

La presencia de tics debido a contracciones musculares involuntarias, o deglución y/o respiración 'defectuosa' requiere un examen pediátrico y posiblemente neurológico cuidadoso para descartar la presencia de cualquier causa orgánica, como un síndrome de tic después de una infección estreptocócica común.

Una vez que se han excluido las causas orgánicas, se pueden abordar las psicológicas.

Causas psicologicas

Los movimientos similares a los tics pueden deberse al estrés, la fatiga, la inseguridad, el miedo, el terror o la ira.

En algunos casos, se trata de niños que han estado sujetos a restricciones físicas y motrices excesivas durante la primera infancia, o han estado sujetos a restricciones dietéticas e higiénicas, como el destete temprano y el control de esfínteres.

En otros casos, las cirugías menores, las inyecciones, los tratamientos médicos o dentales realizados en un grupo de edad particular, de 3 a 5 años, pueden haber sido experimentados como agresiones punitivas que luego provocan tics, pero no todos los niños que han experimentado tales cosas antes -La edad escolar desarrolla posteriormente un trastorno de tic.

A menudo son niños muy buenos, obedientes, a veces bastante tímidos y torpes; rara vez se entregan a un arrebato de ira, reaccionando a los insultos y la injusticia enfurruñados y cerrándose.

Tienen reglas internas estrictas y se prohíben expresar pensamientos o sentimientos de otra manera.

Puede ocurrir que alrededor de los 7 años, ante situaciones o personas estresantes, resurjan en el niño estados de tensión previamente vividos y aparezca el tic: de repente todo desaparece como apareció y el cuerpo ha dado rienda suelta a su agresión.

En las formas autolesivas, el niño intencionadamente vuelve el tic sobre sí mismo: se muerde las uñas (onicofagia), se tira del pelo hasta crear alopecia (tricotilomanía), se golpea la cabeza contra la pared.

El niño se castiga a sí mismo por la culpa que experimenta al tener sentimientos contradictorios hacia sus padres o por el sentimiento de inferioridad que experimenta al no cumplir con las expectativas de los padres particularmente exigentes.

Sin embargo, una forma de diagnosticar la causa es preguntarle al sujeto qué está sintiendo y pensando.

Terapias farmacológicas

Para reducir la gravedad y la frecuencia de esta anomalía, se trata a los sujetos con un fármaco llamado haloperidol, que es eficaz en la mayoría de los casos.

La terapia psicológica en el tratamiento de los tics

Los tics simples generalmente desaparecen espontáneamente.

Sin embargo, es útil un asesoramiento psicológico que implique una profunda investigación personal y familiar seguida de un examen psicodiagnóstico, ya que las entrevistas de información y valoración y una intervención psicoeducativa permiten reconocer y comprender el trastorno y el malestar que experimenta el niño y la situación. manejarse con calma.

En la mayoría de los casos es suficiente hacer algunas sugerencias a la familia, invitándolos a una actitud de espera.

Se les debe asegurar que el trastorno no es grave e invitarlos a prestar poca atención al síntoma, permitiendo que el niño se exprese como desee; cuando sea posible, se puede intentar la supresión voluntaria, aunque esto no siempre es factible.

Sin embargo, a menudo surgen dificultades para socializar, retraimiento social, estados de ánimo deprimidos, especialmente en la fase adolescente, en la que el encuentro y el enfrentamiento con el grupo de iguales es fundamental para la definición de la propia identidad y personalidad.

Los tics suelen ir acompañados de sentimientos de vergüenza, frustración por el rechazo de los demás y ansiedad por el miedo a manifestarse en público.

En los casos en los que el tic nervioso persista durante más de un año, especialmente en presencia de tics complejos, y en los que exista una afectación importante de las distintas áreas existenciales, se realizará una adecuada intervención psicoterapéutica, a ser posible integrado con una intervención farmacológica, prescrita bajo estricto control de especialistas, que implica la administración de antidepresivos de nueva generación en asociación o no con antipsicóticos a dosis bajas.

La intervención farmacológica sólo debe reservarse para los casos más graves y complejos, especialmente si se asocia a trastornos del comportamiento.

De hecho, no existen fármacos específicos para este trastorno; más bien existen muchas drogas, incluso las de uso frecuente, que pueden provocarla, a través de la hiperestimulación del sistema nervioso central.

Consejos para los tics en adultos

Para disminuir el riesgo de tics en adolescentes y adultos, puede ser útil

  • dormir lo suficiente por la noche (al menos 7 horas);
  • evitar la privación prolongada del sueño;
  • evitar el estrés psicofísico crónico;
  • evitar el esfuerzo físico repentino excesivo;
  • evitar la ansiedad crónica;
  • evitar drogas y estimulantes;
  • evitar el consumo excesivo o el cese repentino de la cafeína y el tabaquismo;
  • evitar la vida sedentaria;
  • participar en actividad física regular y apropiada;
  • evitar el entrenamiento deportivo excesivamente intenso;
  • regular cuidadosamente el ritmo de sueño-vigilia;
  • mantente siempre activo y ocupado;
  • comer e hidratarse correctamente.

Consejos para los tics en los niños

Para reducir el riesgo de tics en los niños, uno de los consejos más importantes es no insistir en que el niño se detenga y no regañarlo por no detenerse, especialmente frente a sus compañeros.

Es importante escuchar al niño y entender que en la raíz del tic puede haber un malestar que necesita ser entendido por los padres para que pueda ser resuelto.

Especialmente en la edad del desarrollo, es importante intentar crear un clima familiar sereno, lúdico y colaborativo en torno a los menores, limitando todas aquellas actividades y compromisos que puedan establecer o acentuar la ansiedad interior.

En definitiva, se recomienda lo siguiente: más deporte y juego libre; menos televisión, videojuegos, actividades escolares y otros compromisos estresantes.

Los ejercicios de entrenamiento autógeno y las sesiones de psicoterapia también pueden ser útiles.

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