¿Qué es el varicocele y cómo se trata?
El varicocele tiene una prevalencia del 15% y, por lo tanto, es una de las condiciones más comunes que afectan el sistema reproductivo masculino.
Consiste en una inflamación anormal de las venas testiculares que provoca un reflujo patológico de sangre venosa al testículo.
En la mayoría de los casos, los varicoceles son asintomáticos y el diagnóstico requiere un examen médico y posibles pruebas más específicas.
El vínculo entre la patología y la infertilidad es real (se estima que el 25% de las personas infértiles son portadoras), pero el diagnóstico y tratamiento tempranos pueden reducir los riesgos.
Varicocele: ¿Cuáles son los síntomas?
Los varicoceles no suelen dar síntomas, por lo que en la mayoría de los casos el diagnóstico es incidental.
En el caso de varicoceles particularmente grandes, puede producirse una sensación de pesadez en el escroto, especialmente después de estar de pie o de actividad física durante mucho tiempo.
Varicocele: cuándo consultar a un especialista
Si el volumen entre los dos testículos es asimétrico, si hay dilatación de las venas por encima del testículo o si la concepción es difícil, se debe consultar a un especialista.
Además de una posible búsqueda de embarazo, también se recomienda una evaluación testicular preventiva para adultos muy jóvenes que solo quieren comprobar la presencia de una patología bastante frecuente para preservar su futuro potencial reproductivo.
¿Cómo se puede tratar el varicocele?
La terapia se basa en el tratamiento quirúrgico o radiológico.
Se trata de operaciones mínimamente invasivas con un bajo riesgo de complicaciones y recurrencia.
El tratamiento también debe ser oportuno porque, en los casos más graves, la patología puede conducir a una reducción significativa del volumen testicular y, en consecuencia, causar un daño considerable en la función de los testículos en términos de producción de esperma y testosterona.
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