Pies planos en niños: cómo reconocerlos y qué hacer al respecto

Los pies planos son una ocurrencia común en los niños pequeños y tienden a reducirse a medida que crecen. ¿Cuándo es necesario intervenir?

Durante los primeros pasos, casi todos los niños presentan una conformación del pie con una bóveda plantar muy reducida debido, en la mayoría de los casos, bien a la grasa subcutánea que queda desde el nacimiento o bien a otros factores que intervienen en la marcha.

Esta es una patología menor pero, sobre todo en niños, debe tratarse y diagnosticarse precozmente para evitar secuelas en el tiempo.

SALUD INFANTIL: MÁS INFORMACIÓN SOBRE MEDICHILD VISITANDO EL STAND EN LA EXPO DE EMERGENCIA

Pies planos en niños y adolescentes

Hay varias etapas de gravedad en relación con

  • caída del pie hacia adentro (pronación);
  • años;
  • mala corrección activa;
  • presencia o ausencia de dolor.

En la mayoría de los casos, los pies planos en niños son asintomáticos, mientras que en adolescentes pueden ser dolorosos.

El apoyo alterado del pie en el suelo y la diferente distribución del peso en la planta pueden ser la causa inicial del dolor en el pie y, a medida que el niño crece, la causa del desarrollo de fascitis plantar y hallux valgus.

Los pies planos en niños no suelen requerir mayor preocupación al menos hasta los 6-7 años.

Un pie plano no tiene grandes dificultades para correr o en otras actividades deportivas: las únicas alarmas suenan cuando el pie empieza a doler, lo que obliga a consultar a un especialista.

Incluso la progresión de un pie plano hasta la edad de 9 a 10 años requiere el asesoramiento de un especialista, ya que un pie en pronación puede sufrir problemas de dolor, funcionales y de rendimiento deportivo.

El síndrome pronatorio es una anomalía parafisiológica y biomecánica que, en la mayoría de los casos, tiende a corregirse por sí sola, especialmente cuando el sujeto comienza a caminar y practicar deporte.

El pie plano es, por tanto, un defecto en el movimiento articular entre el astrágalo y el calcáneo, que se traduce en una laxitud de los ligamentos.

Pies planos en niños: cómo hacer un diagnóstico correcto

Para diagnosticar un pie plano, primero hay que someterse a exámenes clínicos.

Si el pie tiene libertad de movimiento, los niños deben ser seguidos hasta los 9-10 años, momento en el que se valora si la pronación del pie plano está marcada con, quizás, alguna molestia al correr u otras actividades físicas.

Es necesario monitorear la situación de los pies del niño interrogándolo sobre cualquier síntoma de dolor y, en caso afirmativo, la frecuencia.

En este sentido, es muy importante observar al niño mientras camina tanto con zapatos como descalzo y evaluar el estado de desgaste del calzado.

Si este es el caso, puede ser posible corregirlo mediante plantillas conformadas o una intervención quirúrgica mínimamente invasiva.

Esto, sin embargo, debe hacerse después de una radiografía, sobre todo porque, muchas veces, el dolor en la articulación subastragalica se puede atribuir a un sinnúmero de otras causas.

Otras exploraciones más específicas son las tomografías computarizadas o las resonancias magnéticas para descartar otras patologías que puedan ser oncológicas, infecciosas o inflamatorias.

Cómo tratar los pies planos

No todas las personas que han tenido un pie plano desde su nacimiento sufren un defecto persistente.

La corrección del pie plano está indicada exclusivamente en determinados casos y en un determinado grupo de edad (8-9 años): si el sujeto se encuentra sin dolor, una buena actividad física y gimnasia pueden corregir esta anomalía sin recurrir a plantillas correctoras ni cirugía.

En algunos de estos niños, sin embargo, los pies no tienden a autocorregirse porque su patrón motor se ha mantenido igual que cuando eran pequeños o porque ya tienen anomalías particulares en los dos huesos del pie que favorecen la persistencia de la planitud. .

En tales casos, la actividad deportiva siempre es beneficiosa pero con moderación: en una situación de pronación tan acentuada, demasiada actividad solo empeoraría la situación.

Pie plano: cirugía

La operación, conocida como artrorisis, consiste en la introducción de un pequeño tornillo de 9-10 mm de diámetro entre los dos huesos principales del pie (astrágalo y calcáneo) a través de una pequeña incisión en la piel.

El tornillo, que es endosenotarsiano, opone la pronación del calcáneo elevando la bóveda plantar, corrigiendo así la posición del pie.

Esta corrección, inicialmente mecánica, adquiere luego un papel propioceptivo, ya que se estimulan los músculos encargados del mantenimiento de la bóveda.

El procedimiento dura aproximadamente 10 minutos.

Por lo tanto, es recomendable hacerse un chequeo al menos una vez al año.

Si el niño con flatulencia presenta episodios dolorosos, debe ser derivado de inmediato a un especialista en ortopedia pediátrica.

Lea también:

Ortopedia: ¿Qué es el dedo en martillo?

Enfermedades ocupacionales (y no ocupacionales): ondas de choque para el tratamiento de la fascitis plantar

Fuente:

GSD

Quizás te interese