Polisomnografía, la prueba para diagnosticar los trastornos del sueño
La polisomnografía, también llamada estudio del sueño, es una prueba utilizada para diagnosticar trastornos del sueño, que registra las ondas cerebrales, el nivel de oxígeno en la sangre y la frecuencia cardíaca.
La polisomnografía, que se realiza en un hospital o centro del sueño, se caracteriza por requerir que el paciente sea analizado por la tarde para registrar patrones de sueño nocturno.
Sólo ocasionalmente se realiza en otra franja horaria, es decir, en el caso de trabajadores a turnos que habitualmente duermen durante el día.
Para qué sirve la polisomnografía
El estudio monitorea las fases y los ciclos del sueño.
El médico puede recomendar esta prueba si tiene las siguientes sospechas
- apnea del sueño u otro trastorno respiratorio relacionado con el sueño;
- trastorno de movimiento periódico de las extremidades (cuando dobla o extiende las piernas involuntariamente durante el sueño: síndrome de piernas inquietas)
- narcolepsia, es decir, somnolencia diurna y ataques repentinos de sueño;
- comportamiento inusual durante el sueño, como caminar y moverse mucho;
- insomnio crónico inexplicable.
Los riesgos de la polisomnografía
La polisomnografía es una prueba indolora y no invasiva. Las complicaciones son raras.
El efecto secundario más común es la irritación de la piel causada por el adhesivo utilizado para unir los sensores.
No se recomienda una "siesta" por la tarde antes de la prueba.
Cómo prepararse para la prueba
Es posible que su médico le pida que no beba alcohol ni coma ni beba nada con cafeína durante la tarde y la noche antes de la polisomnografía.
El alcohol y la cafeína, de hecho, pueden alterar el sueño.
Durante la polisomnografía
La habitación en la que se realiza la prueba es similar a una habitación de hotel, es oscura y silenciosa y no se comparte con nadie.
La habitación también tiene su propio baño y una cámara de video, para que pueda ver lo que sucede incluso cuando las luces están apagadas.
También hay un sistema de sonido que le permite hablar con el paciente.
Cuando está listo para acostarse, uno de los operadores coloca sensores en el cuero cabelludo, las sienes, el pecho y las piernas con un adhesivo suave.
Los sensores están conectados a una computadora a través de cables lo suficientemente largos como para permitir que el paciente se mueva normalmente en la cama.
Durante el sueño, el operador supervisa
- ondas cerebrales;
- movimientos oculares;
- frecuencia cardíaca
- Patrón de respiración;
- nivel de oxígeno en sangre;
- posición del cuerpo;
- movimiento de extremidades;
- ronquidos y otros ruidos;
Cada una de estas situaciones se registra en un gráfico.
Durante la noche, si se necesita asistencia, se puede hablar con el cuidador: él o ella puede entrar a la habitación para desconectar los cables, por ejemplo, si el paciente siente la necesidad de levantarse. Además, se puede utilizar una máquina de presión positiva en las vías respiratorias para la apnea del sueño, es decir, un dispositivo que proporciona una suave corriente de aire para mejorar la respiración.
No conciliar el sueño con facilidad, como ocurre en casa, no suele afectar a los resultados de la prueba, ya que no es necesario dormir toda la noche para obtener resultados precisos.
Después de la polisomnografía
Por la mañana, se retiran los sensores y el paciente puede salir tranquilamente de la habitación, retomando sus actividades normales, mientras espera que el médico consulte los datos de la prueba.
Analizando los resultados
Las mediciones registradas durante la polisomnografía brindan una gran cantidad de información sobre los patrones de sueño:
- las ondas cerebrales y los movimientos oculares durante el sueño pueden ayudar a los médicos a evaluar las etapas del sueño e identificar interrupciones;
- los cambios en la respiración y los niveles anormales de oxígeno en la sangre pueden sugerir apnea del sueño;
- los movimientos frecuentes de las piernas que perturban el sueño pueden indicar trastornos periódicos del movimiento de las extremidades;
- movimientos o comportamientos inusuales durante la polisomnografía, evaluados primero por el técnico y luego por el médico;
Puede tomar hasta dos semanas para recibir los resultados.
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