Trichomonas: síntomas, causas, diagnóstico y tratamiento de la tricomoniasis

Trichomonas vaginalis es el nombre de un protozoario flagelado vehículo de una infección muy contagiosa que puede afectar la zona genital y las vías urinarias: la tricomoniasis

Bajo el microscopio, Trichomonas vaginalis aparece como una gran célula ovalada con flagelos.

Trichomonas no penetra en los tejidos, pero desarrolla su acción patógena adhiriéndose a las células epiteliales.

En este caso, con sus flagelos este protozoo es capaz de adherirse a las paredes de la vagina, provocando daños directos y alterando la flora bacteriana.

La tricomoniasis se presenta principalmente en mujeres, con afectación de gran parte del sistema urogenital, especialmente la uretra, la vagina, el cuello uterino y en ocasiones también las vías urinarias.

En humanos, esta infección parece ser de menor incidencia.

Tricomonas: cuáles son los síntomas

El cuadro sintomatológico es diferente, dependiendo del género de referencia.

En sujetos masculinos la infección muy a menudo permanece asintomática, y solo en los raros casos en que la infección genera uretritis o prostatitis, pueden presentarse manifestaciones como:

  • irritaciones en el glande
  • secreción uretral escasa o moderada
  • Ardor al orinar y durante la eyaculación.

Por el contrario, las mujeres son más propensas a la aparición de síntomas ya que la infección por Trichomonas vaginalis suele generar vaginitis, cervicitis y uretritis.

Dicho esto, los síntomas de la tricomoniasis que se encuentran más fácilmente en las mujeres son

  • por lo general flujo vaginal maloliente, de color amarillo verdoso, espumoso, a veces con pequeñas manchas de sangre
  • picazón intensa o ardor en los genitales externos y la vagina
  • dispareunia o dolor durante las relaciones sexuales
  • trastornos de la micción, como ardor y necesidad de orinar con frecuencia.

Otro resultado bastante común, encontrado durante una visita ginecológica, es el llamado “cuello uterino de fresa”.

La definición deriva de la típica presencia de pequeñas manchas rojizas en la superficie de la mucosa cervical y en la pared vaginal.

Finalmente, cabe señalar cómo el cuadro sintomatológico se ve globalmente influenciado por la tendencia del ciclo menstrual, reportándose por ejemplo una acentuación de los síntomas en presencia de la menstruación.

Si no se trata a tiempo, la tricomoniasis a menudo evoluciona de una forma aguda a una crónica-recidivante, caracterizada por la alternancia de fases asintomáticas y fases agudas o subagudas.

Por este motivo es fundamental buscar atención médica ante la aparición de los síntomas antes mencionados.

Complicaciones

Si se descuida durante años o, en cualquier caso, no se trata adecuadamente, la infección por Trichomonas vaginalis puede provocar complicaciones clínicas graves.

Específicamente, la tricomoniasis puede involucrar:

  • infección del útero y las trompas de Falopio en mujeres
  • irritación del pene e inflamación de la próstata en los hombres
  • esterilidad, tanto en mujeres como en hombres.

Además, la tricomoniasis parece ser un factor de riesgo:

  • en el desarrollo del cáncer de cuello uterino
  • en la transmisión del VIH

En cuanto a la gestación, la infección por Trichomonas se asocia con

  • embarazos ectópicos (es decir, la implantación del óvulo fecundado no tiene lugar en la cavidad uterina sino en una posición anormal)
  • ruptura prematura de membranas
  • partos prematuros
  • Bajo peso del bebé al nacer.

Finalmente, en raros casos, el recién nacido puede contraer la infección durante el paso por el canal del parto y sufrir daños de entidad variable, desde asintomaticidad hasta conjuntivitis y neumonía.

Causas de las tricomonas

La transmisión de la tricomoniasis ocurre principalmente a través del contacto sexual (a través de relaciones sexuales vaginales, orales y anales sin protección), pero también puede ocurrir indirectamente a través del contacto y/o uso de ropa, sábanas, toallas o baños contaminados.

Dado que Trichomonas vaginalis sobrevive durante un período de tiempo muy corto fuera del cuerpo humano (alrededor de 40-50 minutos), la transmisión indirecta ocurre con bastante poca frecuencia, por lo que la persona infectada o portadora es la principal fuente de contagio, a través del paso de la infección al sujeto sano por medio de la secreción de la membrana mucosa.

En casos muy raros, puede ocurrir la llamada transmisión vertical, es decir, de la madre al recién nacido en el momento del parto.

La incubación de la tricomoniasis es bastante larga y varía entre 4 y 28 días.

¿Cómo se diagnostica la infección por Trichomonas vaginalis?

Se realiza con pruebas de laboratorio, con análisis microscópico fresco de la secreción vaginal.

Aunque es posible obtener un resultado rápidamente, la fiabilidad de la prueba es de alrededor del 60-70%, por lo que es deseable un examen inmediato del frotis vaginal tomado.

En este último también se pueden realizar pruebas no frescas, como las pruebas rápidas inmunocromatográficas.

También es posible buscar el protozoario mediante cultivo y amplificación con PRC (reacción en cadena de la polimerasa) o NAAT (prueba de amplificación de ácidos nucleicos) que se realizan:

  • en mujeres o en la secreción vaginal o hisopado endocervical
  • en hombres en frotis uretral o en semen
  • en la orina en ambos sexos

Tricomonas: la cura

En cuanto al tratamiento de la tricomoniasis, si la intervención es oportuna, la recuperación es bastante rápida.

El tratamiento de la tricomoniasis consiste principalmente en tomar antibióticos específicos, como el metronidazol.

Alternativamente, se prescribe tinidazol para infecciones resistentes a este último.

Después de la conclusión del tratamiento, es importante evitar las bebidas alcohólicas durante al menos 24 horas para el metronidazol y 72 horas para el tinidazol.

De hecho, la ingesta de alcohol puede provocar síntomas como náuseas, vómitos, calambres abdominales, sofocos y dolores de cabeza.

Se recomienda la abstención de relaciones.

Además, es recomendable acompañar la antibioticoterapia con un suplemento probiótico para facilitar la normal reconstrucción de la flora bacteriana vaginal.

También se recomienda abstenerse de tener relaciones sexuales hasta el final del tratamiento.

Por último, recuerda que el tratamiento también debe extenderse a la pareja sexual y es importante que esto también suceda en el caso de tricomoniasis asintomática, para evitar el efecto ping-pong (es decir, el paso continuo de la infección de una pareja a otra) y la posible infección de otras personas.

Tanto en mujeres sexualmente activas como en hombres con infección por Trichomonas vaginalis, dada la alta incidencia de recidivas en este tipo de patología, suele recomendarse una revisión a los 3 meses de finalizar el tratamiento.

¿Existen medidas para prevenir la aparición de la infección por Trichomonas vaginalis?

La prevención de la tricomoniasis se lleva a cabo:

  • principalmente a través del uso adecuado y regular de preservativos durante las relaciones sexuales, especialmente en presencia de parejas ocasionales
  • pruebas de detección si tiene flujo vaginal recurrente u otras enfermedades infecciosas de transmisión sexual, como gonorrea o clamidia.

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