Quemaduras, una visión general

Hablemos de quemaduras: una quemadura es una lesión más o menos extensa en la piel, que puede afectar solo a la capa superficial llamada epidermis o también a las capas más profundas de la dermis.

Es una lesión típica provocada por el contacto con fuentes de calor a alta temperatura.

No solo estamos hablando de objetos, sino también de líquidos y vapores.

Las quemaduras pueden ser causadas por la acción sobre el cuerpo de agentes químicos particulares como ácidos y sosa cáustica.

El contacto con el calor genera una lesión porque las proteínas que componen los tejidos comienzan a desnaturalizarse y pierden sus propiedades fisiológicas, desprendiéndose.

Edema y eritema se desarrollan en el área afectada.

En los casos más graves, las alteraciones pueden dar lugar a una importante depleción de líquidos que, al salir del compartimento vascular, inducen una alteración en la perfusión de órganos y tejidos.

Datos en mano, las quemaduras son ya la cuarta causa mundial de accidentes domésticos y también dominan el ranking de accidentes laborales.

Mientras que los hombres se ven más afectados en los países desarrollados, con toda probabilidad por los mayores riesgos que asumen en sus tareas laborales, en los países en vías de desarrollo son las mujeres las que dominan el ranking, debido a su vida predominantemente doméstica.

Predominan las quemaduras por llamas.

¿Cuáles son los grados de las quemaduras y sus síntomas?

Comprender si la quemadura es leve o grave no es tan complejo.

Las quemaduras se pueden dividir en tres etapas diferentes de gravedad, según la capa de piel afectada.

Las quemaduras de primer grado afectan la capa más superficial de la piel (llamada epidermis)

Son los más leves, acompañados de dolor y eritema.

Por lo general, sanan en unos pocos días y la piel quemada se despega gradualmente, dejando espacio para nuevas células.

Las quemaduras solares y las quemaduras típicas de accidentes domésticos pertenecen a esta categoría.

Las quemaduras de segundo grado (o de espesor parcial) son aquellas en las que la capa más profunda de la piel (llamada dermis) se ve afectada por la quemadura.

Las quemaduras de segundo grado se pueden dividir a su vez en dos categorías: las quemaduras simples curan espontáneamente como las quemaduras de primer grado; las quemaduras profundas, similares a las de tercer grado, a menudo dejan cicatrices.

La piel está enrojecida y tiene pequeñas ampollas transparentes que contienen suero y plasma llamadas flittens.

Hay ardor más intenso ya veces dolor que puede aliviarse con analgésicos.

Las quemaduras de tercer grado (o de espesor total) son las más graves

Afectan a las capas más profundas de la piel, llegando hasta el músculo, la grasa o el tejido óseo.

Si es causada por llamas u objetos calientes, se produce una necrosis de la piel con la formación de las típicas costras negras y secas.

Si, por el contrario, son causados ​​por un encuentro con agentes químicos, la piel quemada aparece blanca y blanda.

En este tipo particular de quemadura, no se siente dolor porque las terminaciones nerviosas también se destruyen.

El remedio es la cirugía.

¿Cómo estimar la gravedad de una quemadura?

Estimar la gravedad de una quemadura, aunque sin la precisión de un especialista, es posible observando ciertos parámetros y síntomas presentes.

La gravedad de una quemadura suele calcularse relacionando la superficie total afectada, el área anatómica afectada, la edad de la víctima de la quemadura (son necesariamente más graves en ancianos y niños), y si ya existían lesiones en la zona afectada que podría favorecer el desarrollo de la infección.

En general, se ha observado que las zonas anatómicas con una capa de piel más gruesa y cubiertas de pelo son menos sensibles que las zonas glabras o de piel fina, como las axilas y los pliegues articulares.

Siguiendo este razonamiento, las quemaduras leves son quemaduras de primer grado y quemaduras de segundo grado que afectan a menos del 10% de la superficie corporal.

Por el contrario, las quemaduras se consideran moderadas o graves si se localizan en la cara, manos, pies, zona genital, articulaciones, vías respiratorias y aparato digestivo, o afectan a más del 10% de la superficie corporal.

Todas las quemaduras de tercer grado se consideran graves.

En cualquier caso, cabe señalar que la situación puede agravarse aún más si el paciente ya padece determinadas enfermedades como cardiopatías, diabetes, enfermedades hepáticas y renales.

Tipos de quemaduras según la causa subyacente

Otra clasificación de las quemaduras es según la causa subyacente.

Una quemadura por calor es aquella causada por un encuentro con llamas, líquidos calientes, gases u objetos a altas temperaturas.

Una quemadura química ocurre cuando la piel se lesiona por el contacto con sustancias ácidas o básicas altamente irritantes.

En este caso, se producen quemaduras tan graves que corroen profundamente la piel.

Las quemaduras eléctricas o la electrocución son típicas de la entrada y salida de corriente del cuerpo.

La corriente tiene un punto de entrada y salida y, a su paso por el cuerpo, genera calor.

Especialmente si el voltaje eléctrico es muy alto, la necrosis tisular puede ser muy profunda y extensa y el daño irreparable.

Finalmente, las quemaduras pueden ser causadas por la radiación.

Por radiación se entiende tanto la exposición a largo plazo a la radiación UV (luz solar y lámparas artificiales) como a los rayos X.

Quemaduras: ¿qué consecuencias tienen en el individuo?

Quemar la piel significa dañar no solo el órgano más grande del cuerpo, sino también su principal sistema de protección contra los microorganismos del exterior.

La piel es, de hecho, un filtro importante para el cuerpo, y dañarla conduce a una pérdida de las capacidades defensivas del cuerpo.

Cuando la piel se ve afectada por una quemadura, incluso una quemadura leve, se genera una pérdida de líquido, lo que lleva a un nivel más o menos severo de deshidratación.

La deshidratación afecta los volúmenes de sangre, que se reducen significativamente.

La perfusión orgánica se ve afectada y los tejidos luchan por realizar sus funciones.

Por tanto, como consecuencia directa de una quemadura media-grave, pueden surgir complicaciones como la hipotensión y el shock hipovolémico.

En pacientes graves, la quemadura también afecta al metabolismo, que se ve muy acelerado, provocando una importante pérdida de peso en poco tiempo.

Si grandes áreas se ven afectadas por quemaduras graves, también puede ocurrir un choque térmico porque la capacidad normal de termorregulación de la piel se ve afectada.

Entre las consecuencias visibles de una quemadura grave está la formación de escaras, es decir, una zona conspicua de necrosis y edema del tejido.

Es fundamental prestar atención a las quemaduras, incluidas las leves, ya que su repetición frecuente puede aumentar el riesgo de desarrollar incluso neoformaciones malignas, como el melanoma cutáneo.

Quemaduras, cómo diagnosticar

Todas las quemaduras son dañinas y no se debe subestimar ninguna, ni siquiera la más leve.

Cuando uno se quema, siempre es bueno consultar a un médico de inmediato si los síntomas son graves y si persisten durante mucho tiempo.

Esto es para evitar el riesgo de desarrollar cicatrices evidentes, pero también complicaciones y todo tipo de repercusiones en la salud del cuerpo.

Es fundamental mantener siempre la herida limpia para evitar infecciones.

El diagnóstico de una quemadura es bastante simple e implica la observación directa del área lesionada.

Durante la prueba objetiva, el médico evalúa la profundidad y la extensión; él o ella investiga la causa y trata de averiguar si la persona tiene otras condiciones clínicas relevantes.

Es posible que se requieran análisis de sangre y orina para ver si la quemadura ha provocado una descompensación o si la deshidratación es tan grave que se requiere un suplemento de líquidos por vía intravenosa.

La deshidratación severa puede llevar fácilmente al cuerpo a un estado de shock.

Esto es típico porque los fluidos, normalmente contenidos en la sangre, se recuperan debido a cambios vasculares en el área quemada.

Si la quemadura es causada por llamas abiertas, es posible que se requiera un ECG y una radiografía de tórax para ver si hay daños en los pulmones y las vías respiratorias como resultado de la inhalación de humo.

Aunque en la mayoría de los casos la prueba es visual, se puede solicitar una biopsia, es decir, tomar una parte del tejido dañado para estudiarlo y así disponer de una historia más profunda.

Recuerda que si la quemadura afecta a la cara, manos, pies y zona genital, se considera grave y es necesario acudir a un especialista para su tratamiento lo antes posible.

Los tratamientos y pronóstico más eficaces

Existen diferentes tratamientos para las quemaduras en función de su gravedad.

Las quemaduras de primer grado suelen curarse espontáneamente en aproximadamente una semana.

Es fundamental mantenerlos constantemente limpios para evitar infecciones, ya que las quemaduras no dejan de ser una herida en la piel.

En los casos en que se presente ardor o dolor, el médico puede proponer una terapia farmacológica con analgésicos como el ibuprofeno y el paracetamol.

Particularmente en los primeros días, se recomienda cubrir la herida con un vendaje estéril para evitar aún más que los microorganismos infecten el cuerpo.

Este tipo de tratamiento también es ideal para quemaduras de segundo grado simples y superficiales.

Si el dolor es más intenso, se pueden administrar opioides como la morfina para aliviarlo.

Para este tipo de quemaduras, el pronóstico generalmente es bueno.

Una vez curada, la piel vuelve a la normalidad.

Para las quemaduras profundas de segundo grado y todas las quemaduras de tercer grado, es esencial una intervención médica inmediata.

Para todos los pacientes afectados, es necesario el ingreso hospitalario con tratamiento, no solo para tratar las heridas profundas, sino también para prevenir complicaciones en otros sistemas y aparatos.

Las heridas en este caso dejan cicatrices llamativas, que pueden corregirse recurriendo a la terapia quirúrgica de injerto de piel.

Mediante la técnica de la biopsia, se toma parte del tejido lacerado para su estudio y se reimplanta una zona de piel sana sobre las heridas.

En quemaduras más graves, debido al alto grado de deshidratación y pérdida de líquidos, puede ser necesario administrar líquidos por vía intravenosa.

Si la parte afectada por la quemadura es un pliegue articular, en el que se forman cicatrices que limitan el movimiento, se pueden utilizar sesiones de fisioterapia para realizar ejercicios de estiramiento y facilitar la movilidad articular.

Obviamente, esto comienza cuando el injerto es exitoso y el área ya no presenta problemas agudos.

En cualquier caso, es muy importante cuidar adecuadamente la piel hasta que esté completamente curada, para evitar infecciones.

La limpieza se puede garantizar simplemente dejando correr agua sobre la herida y luego cubriéndola con vendajes estériles para protegerla de los patógenos.

Cabe recordar que durante el proceso de cicatrización es normal sentir picor, mientras que en las quemaduras eléctricas el hormigueo puede estar presente durante unos días.

Afortunadamente, para los quemados graves existen varios centros de quemados, salas de hospitalización con personal especializado y equipo para tratar este tipo de lesiones.

Qué hacer cuando eres una víctima de quemaduras

Aquí hay un pequeño vademécum sobre qué hacer si usted es una víctima de quemaduras o si alguien cercano a usted es una víctima de quemaduras y necesita ayuda.

Cuando la quemadura es leve y de primer grado, se recomienda enfriar la herida con agua a temperatura ambiente, cuidando de limpiarla adecuadamente.

Posteriormente, vístalo y cúbralo con una gasa estéril.

En los días siguientes llevar ropa de algodón y no aplastar la zona.

Mantenga el hábito de dejar correr agua fría sobre la herida todos los días (durante 15 a 20 minutos) antes de cubrirla.

Si la quemadura es grave, quítese la ropa y los accesorios.

Al hacerlo, tenga cuidado de no lesionar más el área.

Si el tejido está adherido a la piel quemada, no debe retirarse.

Mientras espera ayuda, haga que el paciente se acueste y cúbralo.

Personal médico procederá a recuperar a la víctima y trasladarla al centro de quemados más cercano.

La persona debe estar cubierta con una lámina de metal, este dispositivo mantiene constante la temperatura corporal.

No aplique nada (cremas, ungüentos, lociones) en la piel de la víctima de la quemadura, no perfore las ampollas y no le dé nada de beber.

La intervención médica consiste en comprobar la permeabilidad de las vías respiratorias y la respiración, con posible intubación del paciente.

Este es un procedimiento que se utiliza cuando las quemaduras resultan de las llamas y la inhalación excesiva de humo puede comprometer el intercambio respiratorio.

Para los líquidos severamente deshidratados, se administran por vía intravenosa para restaurar el volumen sanguíneo normal.

Se requieren transfusiones de sangre en casos raros cuando el nivel de hemoglobina cae excesivamente.

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