Traqueítis: síntomas, causas, diagnóstico y tratamiento

Incluso la tráquea, como otros órganos, puede inflamarse debido a virus y bacterias. En este caso hablamos de “traqueítis”

Nuestro sistema respiratorio está formado por una serie de órganos huecos (las vías respiratorias) que sirven para permitir el paso del aire del exterior a los pulmones y viceversa.

Estas vías están en continuidad entre sí, comenzando desde la nariz hasta los bronquios y bronquiolos presentes en los pulmones.

Sin embargo, se hace una distinción entre las vías respiratorias superiores (nariz, boca, fosas nasales, senos paranasales, faringe y laringe) y las vías respiratorias inferiores (tráquea, bronquios, bronquiolos).

¿Qué es la tráquea?

Centrándonos en la tráquea, no es otra que esa parte de nuestro cuerpo, que se ubica centralmente en el tórax frente al esófago y conecta la laringe con los bronquios, representando el primer tramo de las vías respiratorias inferiores.

En concreto, se trata de un conducto cartilaginoso de unos 12 centímetros de largo, hecho de tejido fibroso elástico.

Sus anillos cartilaginosos se superponen en forma de herradura, para permitir una abertura posterior que se cierra con tejido muscular.

Estos anillos están conectados entre sí por ligamentos de tejido conectivo.

Las partes internas de la tráquea están revestidas de membrana mucosa y cilios muy pequeños que vibran, es decir, pelos como los que se encuentran en las fosas nasales, pero en este caso microscópicos.

El movimiento de estos vellos mantiene limpias las vías respiratorias, desplazando hacia arriba la mucosidad normalmente presente en ellas y necesaria para captar los agentes nocivos para la salud del organismo, que entran en nuestro organismo a través de las aurículas que respiramos.

Incluso la tráquea, como se mencionó anteriormente, puede ser atacada por virus y bacterias.

Esta inflamación conduce a la traqueítis.

A menudo es una condición que se manifiesta como consecuencia de otros procesos, todos caracterizados por un estado inflamatorio subyacente como:

  • bacteriano
  • viral
  • alergias causadas por la presencia de algunos alérgenos específicos en el ambiente donde vive el paciente;
  • inhalación de aire que contenga agentes irritantes, como los de naturaleza química.

Pero vayamos por orden, partiendo de cuáles pueden ser los síntomas atribuibles a la traqueítis.

Los síntomas de la traqueítis

La traqueítis generalmente se manifiesta con una tos profunda llamada canina por el típico ladrido y sonido seco, muchas veces precedida de ardor y cosquilleo en la garganta, en algunos casos fiebre.

De hecho, la tos seca característica de la traqueítis puede transformarse y dar lugar a la aparición de un catarro purulento si se extiende a los pulmones.

Esto sucede especialmente en el caso de la traqueítis bacteriana.

A este estado también se le puede sumar el nacimiento de un fuerte dolor y sensación de opresión en el pecho, retroesternal, que se acentúan al toser.

Además, la mucosa inflamada puede hincharse y dar lugar a un moderado estrechamiento del conducto traqueal, lo que genera molestias en el acto respiratorio y la aparición de algunos sonidos característicos emitidos con la respiración, como estertores.

A continuación enumeramos los síntomas típicos asociados a una traqueítis:

  • pero de la garganta, con enrojecimiento causado por vasodilatación y exudado de naturaleza inflamatoria;
  • presencia de moco más o menos espeso, cuyo color dependerá del proceso subyacente;
  • tos persistente, productiva o no;
  • problemas respiratorios.

Las causas de la traqueítis

Las causas que pueden dar lugar a la inflamación de la tráquea son diversas y de distinta naturaleza, virales o bacterianas.

La infección puede ser primaria, si afecta directamente a la tráquea, o secundaria a otras infecciones del tracto respiratorio superior, como rinitis, sinusitis, amigdalitis, laringitis.

En este caso la infección puede extenderse hasta la cinta traqueal. En general, quienes ya tienen un sistema inmunitario deficiente por otras causas están más expuestos al riesgo de desarrollar traqueítis complicada.

Traqueítis bacteriana

Las bacterias que pueden inflamar la traqueítis son diferentes.

Una de las formas más frecuentes, sobre todo en niños, es la de Staphylococcus aureus, que también puede aparecer tras una sobreinfección secundaria a formas víricas, como el resfriado común.

Hay otras bacterias que pueden conducir a este estado de la tráquea, como Streptococcus pneumoniae, Klebsiella pneumoniae, las cuales se sabe que causan complicaciones posteriores como la neumonía bacteriana.

Traqueítis viral

La inflamación de la tráquea debida al virus es a menudo la consecuencia de otras infecciones virales, como las de las vías respiratorias superiores y, por lo tanto, puede atribuirse principalmente a los virus de la influenza y parainfluenza, adenovirus y rinovirus.

Traqueítis irritativa o alérgica

Aunque con menos frecuencia, la traqueítis también puede ser irritante o alérgica.

En el primer caso se debe a la inhalación de agentes irritantes como el humo del cigarrillo o sustancias derivadas de la contaminación.

En el segundo caso puede deberse a alergias del paciente como por ejemplo al polen, polvo, pelos de animales u otros alérgenos.

La irritación de la tráquea también puede ser secundaria al reflujo gastroesofágico.

Las exhalaciones ácidas, que ascienden desde el estómago a lo largo del esófago, pueden llegar a la tráquea a través de la laringe y causar la consiguiente irritación.

Cuándo ver a un doctor

Aunque el pronóstico suele ser excelente, la traqueítis puede convertirse en una situación de emergencia.

En este caso y especialmente en niños, es recomendable acudir a Urgencias cuando, además de la infección, aparezcan los siguientes síntomas:

  • fiebre;
  • tos que persiste y empeora;
  • dificultades respiratorias;
  • respiración ruidosa
  • síntomas de mala oxigenación (color cianótico de la cara, cansancio, sudoración, retracción de la yugular en la base de la cuello en el acto respiratorio).

El diagnostico

Para diagnosticar una infección de la tráquea es importante partir de una historia cuidadosa, que se remonta a las causas.

De hecho, el paciente en cuestión puede haberse visto expuesto a fuentes específicas de infección oa algunos tipos de antígenos.

Posteriormente, se examina la cavidad oral y la faringe, que pueden mostrar signos de hiperemia (enrojecimiento) o secreción mucopurulenta (flema).

La realización de una fibroendoscopia (una cámara delgada que pasa por la nariz explora la laringe y la tráquea) es fundamental para visualizar los primeros anillos traqueales y evaluar si están inflamados.

Habitualmente, tras la visita no se prescriben otras pruebas específicas, en caso de dudas el especialista puede decidir solicitar un cultivo de esputo con antibiograma asociado, para aislar cualquier bacteria responsable del proceso inflamatorio y disponer del mejor antibiótico disponible para la infección concreta en progreso.

Pruebas para la traqueítis viral

Sin embargo, en el caso de la traqueítis viral, el médico usará el esputo para buscar componentes específicos del virus.

También se prescribirán análisis de sangre para demostrar tanto la ausencia de otras patologías concomitantes de diferente naturaleza, como para confirmar el aumento de los índices de inflamación (VES, PCR, Las células blancas de la sangre) o la presencia de componentes del microorganismo en la circulación.

Finalmente, cuando la situación parece mucho más grave, se pueden realizar estudios adicionales, como la radiografía de tórax, para descartar el progreso del proceso infeccioso en las vías respiratorias inferiores y evaluar la permeabilidad del canal.

Si se sospecha alergia, bastará con someter al paciente a “pruebas de alergia”, pruebas cutáneas o de sangre, encaminadas a detectar la sensibilidad individual a determinados alérgenos.

Con el oxímetro de pulso, se puede determinar la cantidad de oxígeno en la sangre (oximetría).

En resumen, por tanto, el diagnóstico se basa en:

  • síntomas clínicos,
  • presencia o ausencia de esputo (la flema a menudo puede conducir al origen de la traqueítis),
  • examen físico de la faringe laringe y tráquea primeros anillos,
  • posiblemente cultivo de esputo o búsqueda de material viral.

Cómo curar la traqueítis

Las terapias previstas para tratar la traqueítis son muy variadas porque dependen de la gravedad del cuadro clínico y sobre todo del agente etiológico responsable.

En ocasiones, la traqueítis también puede ser autolimitada, sin necesidad de tratamiento, mientras que en los casos más graves, especialmente cuando existe una reducción del calibre traqueal y la consiguiente dificultad para respirar en los niños, es necesaria la hospitalización para proporcionar un soporte respiratorio adecuado.

Pero centrémonos ahora en las principales terapias recomendadas en caso de traqueítis, ¿cuáles son?

1) En caso de infección bacteriana, puede ser necesaria la utilización de un antibiótico, preferiblemente prescrito tras un antibiograma.

2) Para curar una infección viral, en cambio, bastará una simple terapia de apoyo (antipiréticos para la fiebre, cualquier sedante o jarabes mucolíticos para la tos, estos últimos contraindicados antes de los dos años) hasta que se resuelva.

3) La traqueítis alérgica se trata con antihistamínicos y cortisonas.

como hacer prevencion

El primer enfoque preventivo consiste en evitar situaciones de riesgo como:

  • exposición a alérgenos conocidos en el caso de personas alérgicas,
  • ambientes cerrados, hacinados, en contacto con posibles sujetos infectados.

También es necesario prevenir todos los procesos capaces de debilitar las defensas de las vías respiratorias y que pueden determinar estados de inmunosupresión transitoria como:

  • tabaquismo, tanto activo como pasivo;
  • contaminación;
  • la falta de sueño;
  • el estrés;
  • deficiencias nutricionales.

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