
Cáncer colorrectal, qué saber
¿Cómo se reconoce el cáncer colorrectal y cuáles son sus primeros síntomas? ¿Existen factores de riesgo? ¿Cuáles son las opciones de tratamiento, las mejores técnicas de detección y las perspectivas para los pacientes?
¿Cuáles son las señales de advertencia del cáncer colorrectal?
Existen algunos síntomas que no se deben subestimar, clásicamente asociados al cáncer colorrectal, debido a su localización a nivel gastrointestinal:
- pérdida de peso involuntaria;
- anemia y proctorhagia o pérdida de sangre en las heces, que pueden hacer que el paciente se sienta cansado y agotado.
A veces, sin embargo, la presentación puede ser más sutil, como un cambio en los hábitos de ir al baño que provoca estreñimiento o diarrea.
En otros casos, los síntomas pueden ser tan sutiles que el paciente no los reconoce.
La anemia por sí sola es un ejemplo de esto: el paciente se da cuenta a través de los análisis de sangre que tiene valores alterados, causados por un sangrado espontáneo del tumor.
La buena noticia es que ahora contamos con una herramienta formidable para identificar estos tipos de cáncer mucho antes de que aparezcan los síntomas para una intervención temprana: la detección temprana.
Es lindo pensar que en un mundo ideal y no demasiado futuro, el cáncer colorrectal será en gran parte curable gracias a la identificación temprana a través de citas de prevención.
¿El cáncer colorrectal puede ser asintomático?
Sí, en los estadios iniciales de la enfermedad, es decir, cuando el tumor aún no ha avanzado, el tumor también puede ser asintomático y muchas veces no mostrar signos de su presencia.
Por ello es fundamental precisar que los síntomas, en sí mismos, no son fiables y es fundamental insistir en el cribado y la prevención, incluso antes de que aparezcan.
Desafortunadamente, cuando el tumor no se identifica a tiempo, tiene la posibilidad de diseminarse y localizarse en otras áreas del cuerpo, a través de metástasis, dando lugar a diferentes síntomas.
¿Qué tan común es este tipo de cáncer?
El cáncer colorrectal es uno de los principales cánceres en los países occidentales.
¿Cuáles son los factores de riesgo del cáncer colorrectal?
Los factores de riesgo se pueden dividir en 'modificables' y 'no modificables'.
Los factores de riesgo modificables incluyen el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol, el sedentarismo y una dieta inadecuada, rica en carnes rojas, hidratos de carbono y grasas con poca ingesta de alimentos nobles como frutas, verduras y legumbres.
Es sobre estos hábitos que podemos actuar, dejando de fumar, limitando el alcohol, haciendo ejercicio y eligiendo una dieta saludable.
¿Qué tan importante es la familiaridad?
Entre los factores de riesgo mencionados anteriormente como 'no modificables' conviene recordar la familiaridad, algunas enfermedades genéticas (como el síndrome de Lynch y la poliposis adenomatosa familiar) y las enfermedades inflamatorias crónicas intestinales (Crohn y colitis ulcerosa).
Aunque estas condiciones se definen como no modificables, contar con médicos expertos nos permite intervenir de manera temprana a través de programas de vigilancia dedicados que han demostrado reducir el riesgo de cáncer colorrectal.
Diagnóstico precoz: ¿análisis de sangre oculta o colonoscopia?
El diagnóstico precoz es una herramienta fundamental a nuestro alcance para reducir la mortalidad por cáncer colorrectal, si no la más importante.
Es gracias al cribado que podemos extirpar los adenomas antes de que se conviertan en cáncer, reduciendo el número de pacientes, pero también diagnosticarlo antes de que sea sintomático y por tanto en estadios más precoces.
Todo ello nos permite ofrecer más posibilidades terapéuticas, aumentar la supervivencia y salvar vidas.
Para la población general está activo el servicio de cribado, que puede realizarse de 2 formas igualmente eficaces: prueba de sangre oculta en heces cada 2 años, el método más habitual;
Aunque el método de sangre oculta es válido y fundamental para la prevención de este tipo de patologías, también hay que señalar que no es adecuado para la población general, sino para las categorías de pacientes con mayor riesgo de cáncer colorrectal (antecedentes familiares, enfermedades inflamatorias y síndromes hereditarios), la detección de sangre oculta es insuficiente.
En estos casos se recomienda ingresar a programas de vigilancia a través de endoscopia, con frecuencia variable de acuerdo a muchos factores decididos por el médico especialista o general.
Para ello, es bueno apoyarse en centros de referencia y con gran experiencia.
¿Cuáles son las opciones de tratamiento para el cáncer colorrectal?
Hasta hace unas décadas, para el cáncer colorrectal había pocas opciones de tratamiento y aún menos opciones de cura.
Hoy asistimos a una auténtica revolución en el tratamiento de este tumor con muchos pacientes que se pueden ofrecer.
Para tumores en estadio más temprano (estadio I-III), se ofrece cirugía resectiva, generalmente por vía laparoscópica (más raramente laparotómica).
Para los cánceres de colon, la cirugía es seguida por quimioterapia para el estadio II y el estadio III de alto riesgo.
Para los tumores de recto localmente avanzados, generalmente se realiza quimiorradioterapia antes de la cirugía y luego una quimioterapia definida como adyuvante, es decir, que 'ayuda' a la cirugía a eliminar el tumor.
Recientemente, esta secuencia ha sido innovada por estudios sobre 'terapia neoadyuvante total', un enfoque que consiste en mover toda la quimioterapia y la radioterapia antes de la cirugía para evitar tener que hacer quimioterapia después de la cirugía.
Por último, para tumores en estadios más avanzados existen muchos fármacos denominados 'inmunoterapéuticos' que reavivan nuestras defensas inmunitarias para combatir el tumor con estudios clínicos y resultados sorprendentes. Pero no solo. Hay una gran cantidad de drogas que demuestra que la ciencia de la última década nos ha dado un arsenal verdaderamente vasto.
Todas las terapias pueden usarse en combinación con quimioterapias tradicionales para mejorar aún más nuestras opciones terapéuticas.
Finalmente, cabe subrayar una peculiaridad poco conocida, pero realmente importante, del cáncer colorrectal.
Los tumores denominados 'T1', es decir, el estadio más precoz que existe, pueden tratarse por vía endoscópica y extirparse sin necesidad de realizar incisiones en el vientre.
Son operaciones delicadas que en manos expertas pueden permitirnos intervenir de forma radical un tumor, atravesando orificios naturales.
La ventaja de este abordaje es obviamente evitar cirugías mayores con riesgo de ostomía, con tiempos de hospitalización más prolongados y con mayores riesgos anestésicos.
¿Cuáles son las perspectivas de supervivencia de los pacientes?
Es bueno comenzar enfatizando que la supervivencia a los 5 años ha estado aumentando más allá de las expectativas más descabelladas en los últimos años.
El progreso y la investigación han agregado muchas nuevas herramientas al arsenal de los oncólogos, incluida la inmunoterapia (hoy una realidad diaria), las terapias dirigidas, así como algunos nuevos protocolos de administración, como la recientemente introducida 'terapia neoadyuvante total', para el tratamiento del cáncer de recto.
Está claro que uno de los factores determinantes de la supervivencia es precisamente el estadio de la enfermedad en el momento del diagnóstico, ya que en los estadios más precoces la supervivencia ronda el 90% para el cáncer de colon y recto.
Cuando la enfermedad se extiende a los ganglios linfáticos, la mediana de supervivencia es del 72-73%.
Lamentablemente, las posibilidades de curación se reducen drásticamente cuando la enfermedad es metastásica, ya que en este caso la supervivencia a los 5 años es inferior al 20%.
Riesgo de metástasis: ¿dónde se pueden propagar?
Aproximadamente el 20-25% de los cánceres colorrectales son metastásicos en el momento del diagnóstico y, desafortunadamente, puede suceder que los pacientes los desarrollen incluso años después.
El sitio más afectado por las metástasis es el hígado, seguido de los pulmones, el peritoneo, los ovarios, las glándulas suprarrenales, los huesos y el sistema nervioso central.
Los principales factores de riesgo para su desarrollo son fundamentalmente histológicos.
En términos generales, los cánceres de "alto riesgo" en etapa II y los cánceres en etapa III son los que tienen el mayor riesgo de desarrollar metástasis a distancia.
Con base en esta consideración, estos pacientes generalmente reciben quimioterapia adyuvante, pero se toman en cuenta muchos detalles.
Muchos estudios han intentado identificar otros factores de riesgo (no histológicos) relacionados con el riesgo de desarrollar metástasis, pero por ahora no han surgido sospechosos claros.
¿Cuál es el mensaje para dar a los pacientes y sus familias?
El cáncer colorrectal es una enfermedad potencialmente mortal si se deja que progrese libremente, pero si conseguimos atraparlo en sus primeros estadios, existe una posibilidad concreta de que sea casi completamente curable.
El tamizaje es un aliado incomparable, porque puede prevenir el diagnóstico de cáncer, puede diagnosticar el cáncer en sus etapas más tempranas y, por lo tanto, evitar la muerte.
Ciertamente nos enfrentamos a una enfermedad aterradora, pero si logramos atraparla a tiempo, entonces tendremos más posibilidades de curarla.
Es vital participar en los programas de detección, solo se salvarán tantas vidas.
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